Los opioides pueden utilizarse cuando se espera que los beneficios para el dolor y la función superen los riesgos. Al iniciar el uso de opioides, los profesionales sanitarios deben prescribir y recomendar su uso solo cuando sea necesario.
Involucre a los pacientes en las decisiones sobre el inicio del uso de opioides, incluyendo la discusión de los beneficios y riesgos de iniciar o continuar la terapia con opioides. Siempre que se prescriban opioides, se anima a los médicos y a los pacientes a tener una estrategia de salida que puedan emplear si el tratamiento no logra mejorar el dolor y la función relacionada con el dolor, o si los riesgos de los opioides superan los beneficios.
Antes de iniciar la terapia con opioides, asegúrese de que los pacientes conozcan los siguientes factores:
• Beneficios esperados de los opioides
• Riesgos comunes de los opioides
• Riesgos graves de los opioides
• Terapias no opioides
Dolor agudo
Los medicamentos opioides pueden desempeñar un papel importante en el tratamiento del dolor agudo (de menos de 1 mes) relacionado con:
• Lesiones traumáticas graves (incluidas lesiones por aplastamiento y quemaduras)
• Cirugías invasivas generalmente asociadas con dolor posoperatorio de moderado a severo
• Otros dolores agudos intensos cuando los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) y otras terapias están contraindicados o es probable que sean ineficaces
Los médicos deben evaluar a los pacientes para evaluar los beneficios y riesgos de los opioides al menos cada 2 semanas .
Cuando el diagnóstico y la gravedad del dolor agudo justifiquen el uso de opioides, los médicos deben prescribir:
• Opiáceos de liberación inmediata,
• A la dosis efectiva más baja, y
• No se debe administrar una cantidad mayor que la necesaria para la duración prevista del dolor lo suficientemente intenso como para requerir opioides.
Si se van a tomar opioides de forma continua (durante todo el día) durante más de unos pocos días, los médicos deben crear y analizar un plan de reducción gradual de opioides con el paciente.
Dolor subagudo y crónico
Los opioides no deben considerarse un tratamiento de primera línea o de rutina para el dolor subagudo (1 a 3 meses) o crónico (más de 3 meses).
En algunas situaciones, los opioides podrían ser apropiados independientemente de las terapias farmacológicas no farmacológicas y no opioides utilizadas previamente. Por ejemplo, los opioides podrían ser apropiados para que algunos pacientes con enfermedades graves con mal pronóstico recuperen su nivel funcional previo y presenten contraindicaciones para otros tratamientos. En otras situaciones (p. ej., cefalea o fibromialgia), es poco probable que los beneficios esperados de iniciar el tratamiento con opioides superen los riesgos, independientemente de las terapias previas.
Al iniciar el uso de opioides para el dolor subagudo y crónico, los médicos deben:
• Evaluar a los pacientes y establecer o confirmar el diagnóstico para guiar la selección de la terapia con opioides específica para cada paciente.
• Trabajar con los pacientes para establecer objetivos de tratamiento para el dolor y la función.
• Reconocer que la educación y el debate con el paciente antes de iniciar la terapia con opioides son fundamentales para que sus preferencias y valores puedan comprenderse y utilizarse para fundamentar las decisiones clínicas.
• Considere cómo se suspenderá la terapia con opioides si los beneficios no superan los riesgos.
Terapias no opioides y no farmacológicas
Las terapias no opioides son las preferidas para el dolor subagudo y crónico y son al menos tan efectivas como los opioides para muchos tipos comunes de dolor agudo.
Los médicos deben maximizar el uso de terapias farmacológicas no farmacológicas y no opioides según sea apropiado para el paciente y su condición específica.
Reference: https://www.cdc.gov/overdose-prevention/hcp/clinical-care/initiating-opioid-therapy.html